Descripción
Hundiendo sus raíces en la tradición de la Antigüedad y del Renacimiento, Auguste Rodin (1840-1917) abrió el camino de la escultura moderna. Desde muy temprano se interesó en el movimiento, la expresión corporal, la influencia del azar y el atractivo de lo inacabado. Fueron estos elementos los que dieron forma y sensación de vida a obras tan famosas como El beso o El pensador.