Descripción
En los últimos años, el noble arte de construir parece haber perdido su raíz como esencia primordial de la condición humana. Proliferan obras carentes de sentido, insólitos simulacros de necesidades inexistentes, acometidas por razones puramente instrumentales. Como construir crea empleos, induce posibles desarrollos territoriales, genera rentas de situaciones o <> la economía, se construye lo que sea, pero siempre más, más grande y mejor.
Construir es una pulsión esencial del ser humano, constituye una muestra primordial de nuestra manera de estar-en-el-mundo. Por ello ha cambiado y seguirá haciéndolo según el devenir de ese mundo. Sobre un fondo intemporal de necesidades, pulsiones y utopías, lo construido se manifiesta según el acento cultural del sitio y momento donde se produce. A través de las grietas del construir de hoy se intenta penetrar en la variada cosecha de tipos, formas y estilos de lo siempre construido para acercarse a su sentido, a sabiendas de que lo atractivo es el intento y no tanto el resultado.
Resulta imprescindible entender la actividad de construir en su plena significación. Su consideración meramente instrumental llevaría a desvirtuar su sentido vital para el hombre, a empeorar su práctica al convertirla en trabajo, a desmantelar el territorio, a abandonar la innovación que la vivifica o a desvincular necesidades y efectos. Este ensayo relaciona el discurso de lo construido con las raíces primordiales y los conceptos universales de nuestra existencia y nuestra cultura. Trata de enriquecerlo con los mitos, ritos, hechos, premisas y conclusiones que lo insertan en nuestro acervo referencial desde el anhelo a la utopía; intenta, en fin, apuntar su devenir.