Descripción
Entiendo que socialmente se debería valorar más la eficacia, la funcional y la técnica, como una obligación ética, pero también, en un sentido más amplio, la eficacia en la expresión y en la transmisión, de la manera más nítida y precisa posible de las ideas y de la emoción. Yo creo que eso supone actitudes comprometidas. El resto me parece más próximo a productos y negocios de consumo cultural. Creo que un arquitecto sirve para hacer arquitectura. Aunque la capacidad para hacerla la tiene cualquiera, pero teóricamente la hace y la entiende mejor.
El arquitecto, en cierto modo, explica en cada obra como entiende el mundo, con que actitud se enfrenta a él.
En realidad en la arquitectura sobran las palabras. A veces viendo las obras y lo que decimos los arquitectos sólo se ven contradicciones. Cuando se proyecta se piensa en resolver un problema. Como decía antes, el motor para hacer una obra es satisfacer una necesidad. Pero los problemas y las necesidades existentes, siempre están ligadas a personas.