Descripción
Las obras creadas por Paul Gauguin desde que se marchó a Tahití hasta su muerte en 1903 le dieron el reconocimiento póstumo. En cuadros desprovistos de cualquier intento de disfrazar románticamente el estilo de vida de los primitivos habitantes de la isla, Gauguin fue capaz de expresar el efecto mágico que tenían sobre él tanto los paisajes como la vida de los nativos, su lenguaje corporal, su encanto y su belleza. Cansado de su fama de pintor de los mares del Sur, Gauguin decidió finalmente regresar a Francia, pero murió de sífilis en las Islas Marquesas antes de su partida.