Descripción
A su muerte, los cielos quisieron repetir una de las señales dadas a la muerte de Jesucristo. No se habla aquí de otra cosa que no sea la muerte de este hombre insigne, que con solo treinta y siete años ha concluido su primera vida. La segunda la de la fama, no está sujeta al tiempo ni ala muerte, perdurará por la eternidad.