Descripción
Cuando el fotógrafo alemán Peter Lindbergh retrató a cinco jóvenes modelos en el centro de Nueva York en 1989, creó no sólo la emblemática portada de enero de 1990 para la versión británica de Vogue, sino que firmó el certificado de nacimiento de las supermodelos. La imagen no se limitó a reunir por primera vez cinco rostros venerados, sino que marcó el inicio de una nueva era en la moda y una nueva manera de comprender la belleza femenina.