Descripción
Los grabados en madera de Durero maravillaron tanto por sus dimensiones como por su detalle. Con trabajos como Apocalipsis y el Arco de Triunfo para el emperador Maximiliano I, creó obras de mayor tamaño, una técnica mucho más precisa y una complejidad muy superior a la de cualquier esfuerzo previo en ese campo. En composiciones densas y meticulosas, amplió la gama cromática y dinámica, aportando un nuevo nivel de intensidad conceptual, emocional y espiritual en una evolución que se inicia con el famoso grabado El Caballero, la Muerte y el Diablo y tiene de colofón Melancolía I, a menudo citada como una imagen temprana que define un estado melancólico o depresivo.